LA LEYENDA DEL REY ERRANTE...
porque no todos llegan a ser rey de su destino...
Laura Gallego
García,
-http://es.wikipedia.org/wiki/Laura_Gallego_Garc%C3%Ada-
escribe una obra “modesta”
pero “clásica”, de las verdaderamente “básicas”. “La leyenda del Rey Errante”,
es una de esas obras recomendada para “mayores de 10 años”, tiene una muy buena
aceptación del público, va por la 21 edición, pero sobretodo es una obra que se
atreve a responder a los interrogantes existenciales: eres dueño de tu destino;
el destino lo escribes tú con tus actos.
Esta verdad no es “popular”, se
nos vende, inculca, alienta, argumenta, que la vida la tenemos “escrita”, si
eres tal cosa debes comportarte con eso que los demás esperan de ti. En cierto
modo has de serte traidor a ti mismo y a los tuyos, para ser dueño de tu
destino.
Este pensar “anarco” no está bien
considerado, ni admisible, en una sociedad siempre “políticamente correcta”. ¿Consideráis de verdad, entonces
que este pensar es “tolerado” para un público imberbe de diez años?... Y es que
creo que este libro no es para “niños”. De igual modo que “El Principito”, ...
son textos tan compendiadores, tan densos que han de ser construidos mediante “análogos”,
montados con un discurso paralelo... como esa alfombra mágica, bajo una
apariencia hay otras tr-a-nspariencias.
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Bien, sugiero leer
este libro gestado desde una mente creativadora, que ha sabido imprimir un
aspecto nuevo. Haciéndonos ver que los conocimientos son como las personas; también
ellos se “transforman”. Sus formas y apariencias se modifican, acomodándose a
circunstancias presentes, que “suman” sus fuerzas.
La vida es como la
naturaleza, si superas los efectos de un veneno, sustancia tóxica o enfermedad,
te inmunizas. Hoy está de moda la palabra, el concepto, la explicación: “resiliencia”
como la capacidad para superar la adversidad. En base a la experiencia previa
de, cuando uno ha superado una dificultad ardua, como cuando sube una montaña,
adquiere otra visión, otra explicación, otra interpretación DEL TODO ANDADO, en
tu pasado. Y ya no eres "aquel".
A esto llamamos “destino”.
Pero el destino no existe. Es nuestra explicación, o la de otro, a nuestro
pasado. Y nuestro pasado fue presente, era, “es” presente en su momento. Es el
presente, insumiso e imprevisto el que nos lleva. De veras, eres esclavo de tus
actos y de tu consciencia, según ésta, así los interpreta (la interpretación no
siempre es fiel descripción de la realidad). Sólo tus actos te llevan… donde tú
quieras ir.
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