VISITA AL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ALMERÍA

martes, 15 de febrero de 2011

Almería, asentada en el sudeste peninsular ha gozado de la predilección de asentamientos humanos desde épocas prehistóricas. 

Hoy hemos podido encontrarnos con nuestros antepasados y al realizar un viaje "mental" en el tiempo, ver como vivieron.

Fue la casualidad que en la realización del trazado ferroviario, en un caso o en el trasiego de la explotación minera de finales del siglo diecinueve en nuestra provincia, la suerte de los hermanos Luis y Enrique Siret posibilitaran que estos restos conocieran la luz científica. 

Ellos, los Siret, provenientes de Bélgica, país próximo a Francia e Inglaterra, así como Alemania, sintonizan con el fulgor de los estudios arqueológicos que los discípulos de Lamarque y Darwin, proyectan sobre el pensamiento intelectual en toda la esfera científica occidental. 

La ciencia es evolución y la evolución es el conocimiento "de la creación" del hombre mismo. Un homo faber, un homo habilis un homo sapiens, que transforma, resuelve mediante tecnologías y domeña el entorno, lo altera.

Ineludiblemente evolución es alteración.



Resulta maravillosamente pedagógico el pilar estratográfico que reproduce una "sonda" de prospección temporal, y plasmar una escenificación de lo que la acción del hombre provocaba en la naturaleza y que son precisamente estas huellas las que ahora estudiamos y a partir de ellas deducimos, la acción del hombre sobre nuestro territorio. 

El Museo gira entorno a este pilar estratigráfico de 13 metros de altura, y los cuatro pisos-terrazas del edificio que le rodean posibilitan la contemplación de períodos señeros de nuestro pasado y presente existencial. La cultura y civilización de Los Millares, la de El Argar, la romana, y la musulmana, condensan en este espacio los vestigios de distintos puntos geógraficos de nuestra provincia.

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