23 de abril, cuando conmemoramos las figuras de dos insignes "totems"de la literatura

y de sus respectivas lenguas escritas. El hecho que en esta fecha, "coincidentes" nos dejaran tanto Miguel de Cervantes como Williams Shakespeare, el legado de su obra, la cual se instituye en referente culmen del desarrollo, como vehículo de comunicación de las respectivas lenguas, nos ha de hacer conscientes de esta herramienta que nos conecta, como el aire y tan necesario como él, para nuestro desarrollo, personal y colectivo.
Sea de la forma que sea es una realidad que la escritura cumplimenta y añade una faceta necesaria para nuestra hominización, por ejemplo donde no llegan las palabras "verbales" como en el caso de autismo, sí llegan las palabras "dibujadas", el lenguaje de signos ayuda, en el caso de los sordos, luego la escritura, al margen de qué caracteres usemos nos es necesariamente fundamental.
Nuestro Estado, en cuanto que en un mismo territorio compartimos el legado de usar distintos instrumentos linguales de comunicación, para mantener el clima de convivencia, y por su facilidad concretizadora y "mercantilizadora" centra más la atención en el libro, y así se publicita la festividad, por ello del libro hablaremos.
El libro como arca o depósito de un compendio de pensamientos entorno a una idea principal. Cuando pensamos en "libro", pensaremos en un conjunto, más o menos voluminoso de hojas encuadernadas de papel, cubiertas por unas tapas, donde quedan portada y contraportada, que lo protejen y confieren sentido de unidad y diferencia. Como bien sabido, el libro no se ha configurado siempre así, de ahí los antiguos rollos, pero la imprenta formalizó la forma vigente de igual modo que la técnica actual va dando forma a otros modos de presentación.
El libro siempre es personal, tanto de quien lo escribe como de quien al leerlo lo interpreta y recrea de nuevo. Hay libros que conjunta a otros libros, pero el concepto "libro" hace referencia a tratados "monográficos".
Esta es nuestra aportación a la sensibilidad que mostramos por este "instrumento" con el que aprendemos, crecemos, nos nutrimos.