instrucción-formación-educación

viernes, 7 de octubre de 2011

¿qué prevalece sobre cuál?
Tras la muerte de Steve Jobs, presto atención, como tantas veces hacemos, no ya a la persona sino a la efigie. De ciudadano, parece que pasa a totems, a una especie de arquetipo que cualquier miembro de la tribu reconoce y que le identifica. Ya no es "estrella", ya es "mito"; todos lo entendemos, ya no es "famoso" ya es "icono" de nuestra civilización. Sin embargo no podemos de dejar de ver "la gestación" del "héroe". Y si adquiere la "capacidad de héroe" realmente lo es por el "sinsentido" de su existencia: supo superar la adversidad a la que todos estamos sometidos y condenados, y para hacerlo más "plástico y significativo" se nos muestra desde los puestos más bajos para luego encumbrarlo. Fruto de un embarazo juvenil, dado en adopción, un hijo de nadie, ...
Pero prefiero que leamos su historia, de su propia mano, tal como él la transmitió: 

Un recorrido por su vida personal y su carrera profesional.

El discurso de Steve Jobs en Stanford:


"Me siento honrado de estar con ustedes hoy en su ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me gradué en la universidad. La verdad sea dicha, esto es lo más cerca que he estado de una graduación. Hoy deseo contarles tres historias de mi vida. No es gran cosa. Sólo tres historias".
La primera historia: trata de conectar los puntos.
Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses más antes de renunciar definitivamente. ¿Por qué lo dejé? Todo comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que recién nacido fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací decidieron en el último minuto, que en realidad querían una niña. De ese modo, mis padres que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: "Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?" Ellos dijeron "Por supuesto?"
Posteriormente, mi madre biológica se enteró de que mi madre nunca se había graduado en una universidad y que mi padre nunca se había graduado en la enseñanza media y se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
A los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una universidad tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera fueron gastados en mí matrícula. Tras 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor de su esfuerzo. No tenía ni idea de lo que quería hacer con mi vida ni si la universidad me iba a ayudar a deducirlo. Y ahí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Decidí retirarme y confiar en que todo iba a salir bien.
Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando hacia atrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que se veían interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el suelo de los dormitorios de amigos, llevaba botellas recogidas de Coca Cola, a los depósitos por 5 centavos la unidad para comprar comida. Y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche, para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba.
La mayor parte de las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables después. Les pongo un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos “serif” y “san serif”, de la variación de la cantidad de espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es.
Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante, diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en el Mac. Fue la primera computadora con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, el Mac nunca habría tenido múltiples tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas.
Además, puesto que Windows sólo copió la Mac, es probable que ningún ordenador personal la tendría. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen.
Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro echando la vista atrás diez años después.
Reitero, no podéis conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente podréis conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tenéis que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo: su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
La segunda historia es sobre amor y pérdida.
Yo fui afortunado: descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garaje, transformándose en una compañía de 2 mil millones de dólares con más de 4.000 empleados. Habíamos presentado nuestra más grandiosa creación -el Mackintosh- un año antes y yo acababa de cumplir los 30. Luego me despidieron.
¿Cómo te pueden despedir de una compañía que fundaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones sobre el futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un encontronazo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera.
Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador. Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios, que había dejado caer el testigo cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle (California). No obstante, lentamente comencé a entender algo.
Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo. En ese momento no lo entendí, pero ocurrió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado.
La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa.
Pixar continuó y creó la primera película animada por computadora del mundo, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.
Con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. NO PIERDAN LA FE. Estoy convencido que LO ÚNICO QUE ME PERMITIÓ SEGUIR FUE QUE YO AMABA LO QUE HACÍA. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores.
Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfechos es hacer aquello que creen que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentran. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.
La tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a ¿Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto?. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: ¿Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?  Y cada vez que la respuesta ha sido, ¡No, por varios días seguidos!, sé que necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo, todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o el fracaso,  todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para la muerte. Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar de emoción porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.
Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un puro concepto intelectual: Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo.
Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto. Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas -es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas-. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward  Brand no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a finales de los 60, antes de los ordenadores personales y de la edición mediante microcomputadoras. Se editaba usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos.
Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía la edad de ustedes. En la contraportada de la última edición, había una fotografía de una carretera en un campo a primera hora de la mañana, similar a una en la que estarían haciendo dedo si fuerais así de aventureros. Debajo de la foto decía: "Manténganse hambrientos. Manténganse alocados".
Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes. Permanezcan hambrientos. Permanezcan alocados.


Eso es lo que contó en el discurso que dio ante cientos de estudiantes en el momento de graduarse, estos, por la Universidad de Stanford, el 12 de junio 2005.

En la madrugada del 6 de octubre de 2011 concluye su vigencia existencial, su obra continua siendo un referente en nuestra civilización, ya no occidental, sino global… otros continuaran su camino, el trayecto lo marcó él.

Stanford:  Situado entre San Francisco y San José en el corazón de Silicon Valley, en el Estado de California. La Universidad de Stanford es reconocida como uno de los  centros de investigación y estudio más importantes del mundo y de las instituciones de enseñanza más prestigiosas.

Cuando Steve habla de “conectar los puntos” nos está informando que toda persona necesita “encontrarse” con sentido en este “mundo” y que el sentido se “explica (se halla) con el paso del tiempo”, igual que quien sube/escala una montaña, el cual a medida que dispone de mejor “panorámica” así se “sitúa” en el trayecto que desarrolla.
Así vemos que transmite obviedades, pero que son básicas y esenciales para no perder el sentido de nuestro itinerario; más, ahora en tiempos de crisis. Relativiza lo espúreo y fija lo importante.
Sepamos encontrar en nuestras vidas lo que él encontró en la suya. De todos modos cada cual tiene sus cartas y el juego en la partida, de cada uno. El saber jugarlas es asunto de cada cual.


0 comentarios:

Publicar un comentario