Celebramos, celebremos el DÍA
DE ANDALUCÍA… no por inercia más bien por sinergia… más positiva que
impositiva.
Este
día, 28 de febrero, no ya de un partido sino de un pueblo que hablara por sí mismo, en un
momento donde las fuerzas de ocupación y explotación pretendieran seguir marginándonos
y negándonos nuestra presencia, existencia y trascendencia como una común nación.
Nación
de naciones, tanto en el tiempo como en su constitución, al igual que España por
igual construcción. Y puesto que para reconocernos nos miramos en el pasado,
observemos nuestros elementos constituyentes. En este espacio geográfico peninsular
vinieran pueblos a poblar y repoblar… Cuándo comenzó nuestra Historia … así ya como “culturas”
y civilización … datase hacia el 3.200 –antes de nuestra era- la de Los Millares
para prolongarse en la argárica por el este, y la de los tartésicos por el
oeste.
A
este momento del tiempo, ya la primera incursión de pueblo extraños que sumaron
su comprensión, celtas e iberos en mayor proporción más otros también sumaran
la repoblación.
…
luego los fenicios transformados en cartagineses … siguiéronlos los romanos
desde los 200 “antes de”, hasta los 300 al menos, 500 años de imperio
civilizador, que como tierra de ocupación quedó de repartos, a los que sobrevivían
tras su paso por la legión… Estos legionarios serían todo menos romanos,
mezcolanza de otras tierras sumidas por igual a la nuestra para servidumbre y explotación…
En
torno al 500 ya tenemos un revuelto de pueblos, y durante unos 200 años,
visigodos, ostrogodos, suevos, vándalos con alaricos y recesvintos, recaredos,
hermenegildos y leovigildos e isidoros … ¡Y quede claro, muy claro! que los que
venían se quedaban, que esta tierra siempre ha sido magnánima, generosa y
poderosa, de buena cuna como es tradición.
Allá
por el 711 que asoman en pequeñas incursiones, tribus del norte de África, que
por invitación vinieron y con gusto se quedaron… Al Tarif, otros vinieran con
el tararí… bereberes, almorávides y luego almohades, además de árabes. Como reflujos
del mar ascendieran cual pleamar hasta Poitiers, donde los francos le pararan
los pies, por una sencilla razón, aún los del Magreb no ponían estribos a sus
pies… Y siguió el reflujo, lento macerar de convivencia, hasta finales del
siglo XV… y si sumamos y restamos, siete siglos hallaremos.
Sietecientos
años dan para mucho, y lo trenzado por tantos, no se desmenuzaba tan fácilmente…
creer que, por expulsar, las gentes se iban de aquí para allá, no era tan fácil.
Era más fácil camuflarse y adaptarse … y con la mal llamada “reconquista”, desarrollada
cual cruzada, bien sufrida en estas tierras de revueltas calladas, tras
sometida y oprimida … Este periodo cristiano de imperioso resplandor, pero que para
el pueblo, ominosa explotación en latifundios de ocupación y opresión pues era
regalo por servicios prestados al rey ocupador…
La
guerra civil “española” fuera la última batida, pues no éramos gente levantisca
sino malnutrida, desarraigadas por no poder poseer nada, esquilmada más que
empobrecida. Sufriente e ingeniosa como el propio hambre aguza… una guerra
civil perpetua y prolongada a muchos años más de tutelada existencia…
Hoy,
así es mi Andalucía, de vieja, sabia. Tierra de arte y alegría, orante y de
plegarias, en la vida zambullida, de gracia nutrida.
Y
así, ¡Viva mi Andalucía!, ¡Viva mi pueblo, y esa gracia tan profunda, mi arma,
que llevas dentro… ¡Viva mi Andalucía!
[A
grosso modo las cuentas…: 1000 años atrás, protopueblos hispanos. Siguen, entre
200 y 300, los celtas e iberos. Continúan los cartagineses otros 200 (¡ojo!, los
que están no desaparecen), Los romanos 500; 200, los visigodos y otros godos;
700, los musulmanes, y 500 largos los castellanos… ] tras más de 2.400 años, entonces, ¿qué somos? …
Simplemente ¡españoles!
Andaluces por España y la Humanidad
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