¿Qué entendemos por "ANDALUCÍA"?

domingo, 26 de febrero de 2023

 

Celebración del “Día de Andalucía” conmemorado el 24 de febrero de 2023

¿Qué entendemos por “ANDALUCÍA”?

El territorio y población del sur peninsular que comprende actualmente ocho provincias conforme a la demarcación territorial establecida en 1833 (recordando el 200 aniversario –este 2023- del establecimiento de Almería en 1823 como provincia independiente en el reparto del territorio del viejo Reino de Granada). Estas ocho provincias comparten de siempre su identidad y estilo: de vida, de modo de entender y relacionarse; historia y tradiciones compartidas; valores culturales, cocina y costumbres alimentarias; filosofía y habla, con su fonética y prosodia, y localismos …

Estas provincias se asientan sobre comarcas geográficas que con su conjunto de pueblos vecinos comparten orografía e hidrografía y, climatología y economía más o menos comunes.

 

Aquella demarcación administrativa “de Andalucía” de 1833, respondía a una organización de servicios y controles por parte del Estado Moderno Central para establecer jurisprudencia, unidades de seguridad y recaudación, así como servicios civiles, educativos y sanitarios. Esta organización se articulaba sobre otras estructuras organizativas previas, las más históricas eran los cuatro reinos taifales del periodo musulmán que al ser conquistado mantiene su organización. De los reinos de Sevilla* que comprendía los territorios de Huelva y Cádiz, del de Córdoba* y de Jaén*, más el de Granada* que abarcaba a Almería y Málaga, surge la territorialidad andaluza.

Una de las características del andalucismo clásico es su asimilación a una pobreza económica y “cultural” pues de siempre tras la conquista cristiana, los territorios eran latifundios de señores que, de alta alcurnia, explotaban sus propiedades con el mero interés de obtener para si los recursos, sin innovar o aventurarse en nuevas empresas … ellos obtienen sus recursos asegurados y mantienen a una mano de obra servil y de bajo costo, pues mediante los contratos o arrendamiento selectivos, someten e impiden que el pueblo se desarrolle.

Este clima favorecerá ya en el siglo XIX e inicios del XX una desesperada y revolucionaria demanda de una prometida Reforma Agrícola que parcele y reparta la tierra, mensaje transmitido desde el Despotismo Ilustrado del siglo anterior (XVIII). Se dará la paradoja que sean gente y capital extranjero, -ingleses o centroeuropeos sobretodo- los que se aventuren en nuevos recursos que explotar, y al ganadero-cerealístico-olivarero tradicional se sumaran los mineros (Huelva, Almería y Granada) y vinateros (Cádiz).

Será la Guerra Civil, tras la frustrada II República, la que afronte el enfrentamiento de corrientes sobretodo comunistas-anarquistas contra el conservadurismo de la burguesía y la Iglesia Católica. Dos frentes irreconciliables que con la victoria del bando conservador intentará aniquilar y exterminar a todo lo que pareciera innovador-transformador. Todo lo foráneo era rechazado, si bien dentro de este espíritu casticista, autartico y tradicionalista, se filtrará en la osmosis del Turismo (Ministerio-Oficina de Información y Turismo) -como empresa a explotar por la clase dirigente- el necesario ingreso de divisas extranjeras que impulsara la industrialización y adaptación a los beneficios de la tecnología y a la investigación.  

Nuestra identidad andaluza será utilizada como una herramienta para activar el turismo, lo “tipical spanis” o “España es diferente” serán “leiv motiv”: las zambras gitanas del Albaizyn granadino, junto con su Alhambra, que propiciara su restauración; la Mezquita, y patios de Córdoba, o los Alcázares y catedral de Sevilla. Eventos como romerías y cofradías en Semana Santa. La gastronomía, las fiestas de la “jet set” por Marbella, los barcos de Puerto Banus atrayendo a un dinero apátrida de orígenes inciertos. Un turismo de bajo costo de sol y playa, mano de obra barata y de temporada… emigrantes y temporeros con desarraigo para la recogida de aceitunas, vendimia, hoteles y frutas, … hoy seguimos en la misma industria de emigración e inmigración… “andaluces por el mundo” cuando antes lo éramos por Alemania, Bélgica, Francia, Suiza o Inglaterra.

… y es que Almería no se siente Andalucía porque no es tratada como Andalucía. Marginada años tras años, por la distancia “al ombligo de Andalucía”, por baja densidad de población que no tiene el peso de las grandes provincias hermanas … Todo llega tarde aquí, porque se tarda en llegar, … o es muy caro, -el tren o el avión-. Y en esa espera desesperada, aún no llega a la capital la autovía A-92, o el Corredor Mediterráneo logra concluirse, o las 6 horas en tren, a Madrid o de Madrid, … Almería siempre ha aprendido a apañárselas por sí sola, porque sola marginada… vive como pescadilla que se muerde su cola … y así Almería no se siente Andalucía porque no es tratada como Andalucía.

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