Nuestra compañera Carmen Sánchez nos sugirió la elaboración de una tarta tiramisú, precisamente por lo sencilla que es su elaboración y lo acertada de colocar ante un motivo que festejar nos adherimos a ella. La ocasión la ha desencadenado el "día del padre", y sin más ¡pasamos a la faena, que se nos hace tarde!
¡Que intervenimos todos, no habrá dudas!. Aquí Marina está montando la nata, con la supervisión de Carmen Sánchez, y Esteban (que estas cosas le gustan, como no se pueden imaginar) anda suministrando el azúcar bajo la atenta mirada de Carmen y Manoli.
Antes de que termine de hacerse la nata, se le añade el queso mascarpone y
con estos tres ingredientes (nata, azúcar y mascarpone) consolidamos la primera fase en 3 ó 4 minutos.
Sobre una base de bizcocho -en este caso ya comercializado- untamos una cantidad generosa sobre su superficie, a la que previamente le hemos agregado uniformemente café.
Aquí vemos que ya hemos agregado una segunda capa de bizcocho e Ibrahim anda "empapuzando" al soporte, ¡y vamos por la tercera "loncha"
Y para no aburrirnos, ¡vamos rápidos!
¡hay que ver la concentración de la alquimia!, ¡no pierden ojo!
¡Vaya cara de satisfacción que muestra nuestra colaboradora!. Desde este "proscenio" reconocemos su esfuerzo y colaboración, gesto que le honra y "el aula" agradece.
El colofón se completa cerniendo con un colador el cacao, que le aportará esa combinación de sabores que nuestras bocas saborearon y nuestros estómagos agradecieron.
De que la vista es un órgano de disfrute, no cabe dudas, ¿no diréis que ya contemplar esta imagen, advierte de lo que sugería al paladar?
GRACIAS A CARMEN Y A CUANTOS COLABORARON,
TANTO DENTRO COMO FUERA DEL AULA.
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